Vida Silvestre News
Pinocho, el oso de exportación
por Gaby Vasconez
El oso andino (Tremarctos ornatus) es una especie endémica de la cordillera de Los Andes que habita desde las montañas de Venezuela hasta Bolivia, y la única especie de oso en el Ecuador. En el país se encuentra distribuido desde los 900 metros a los 4250 metros sobre el nivel del mar, es decir desde bosque nublado hasta los páramos andinos. El oso andino es una especie omnívora. Puede basar su dieta en materia de origen vegetal o cazar mamíferos. Dentro de sus preferencias constan las bromelias, y frutos como el aguacatillo. A diferencia de otras especies, el oso andino no hiberna, debido a que el alimento es abundante durante todo el año.
La situación del oso andino, al igual que la de otros grandes mamíferos, es crítica. En la actualidad, el libro rojo de especies para Ecuador lo cataloga en peligro de extinción.
La vulnerabilidad del oso andino aumenta frente a crecientes amenazas, de las cuales su origen principal es la presión antropogénica. La expansión de la frontera agrícola, destrucción de su hábitat natural, cacería de adultos, e incluso el cambio climático están provocando fuertes reducciones de poblaciones silvestres.
Como resultado de las crecientes amenazas, en 2013 aconteció el caso de Pinocho, el osezno rescatado de una localidad rural por La Maná. Posterior a su rescate de una familia que lo mantenía como mascota, el osezno fue atendido y llevado a un centro de rehabilitación para fauna silvestre en Cotopaxi, en donde compartió su celda con Estrella, una osa de anteojos que se preparaba para su liberación. A pesar que el cuidado de Pinocho fue enfocado para su liberación en un futuro cercano, el oso demostraba un contacto demasiado cercano con el grupo de personas que trabajaban cerca del animal. Por esta razón, en 2017 se decidió que Pinocho no sería liberado, sino que sería enviado al zoológico de Maryland, en Estados Unidos, como estadía permanente.
Si bien una modificación en la situación actual crítica del oso andino en el Ecuador puede ayudarse a nivel institucional dentro de reformas por parte del Ministerio del Ambiente, a nivel individual se puede realizar varias actividades que ayudaran a la protección del oso andino.
Un punto focal de cambio es el apoyo al turismo comunitario. El turismo comunitario trabaja en un cambio de perspectiva relacionado con conocer y relacionarse al ecosistema, al alcance de cualquier miembro de la sociedad. La ayuda económica, apoyada en el aumento de visitantes, brinda la oportunidad a las comunidades de invertir el dinero en la protección de los remanentes de bosques, y junto con ellos, a todas las especies que habitan en los mismos. Los bosques alto andinos, hogar del oso de anteojos, son ecosistemas fuertemente amenazados por la cada vez mayor presencia del hombre. Actividades como la agricultura y ganadería promueven la deforestación, y, a su vez, el crecimiento poblacional y demanda de recursos.
Ya que la necesidad económica de las comunidades cercanas a ecosistemas amenazados es imprescindible, el emprendimiento en turismo comunitario ofrece fuentes de trabajo mientras se conserva el bosque. Lugares como Yunguilla, el Mirador del Oso y Pimampiro, en la provincia de Imbabura proponen este tipo de actividad. Incluso la propuesta del turismo comunitario atrae la atención de biólogos quienes implantan proyectos de rastreo de especies y liberación en estas áreas protegidas a futuro.
Como resultado, el turismo comunitario promueve la educación ambiental y el interés por la conservación, no solamente en las comunidades rurales donde se implanta este tipo de actividad, sino en los visitantes, quienes experimentan de primera mano la flora y fauna nativa del Ecuador. El apoyo al turismo comunitario, con el enfoque de concientizar la protección de los bosques andinos proporciona fuentes de ingreso a las personas que necesitan recursos económicos de una manera amigable con el ambiente.
Regresando al caso de Pinocho, el oso se encuentra ahora en el zoológico de Salisbury, recibiendo visitantes interesados en especies extranjeras y exóticas. El intercambio de especies como Pinocho permite que el Ministerio del Ambiente reciba fondos para la continuación de trabajos dentro de la Estrategia Nacional para la Conservación del Oso Andino. Si bien la reproducción de Pinocho proporcionará oseznos a un futuro, la ayuda económica facilitada por zoológicos estadounidenses permitirá la protección de poblaciones silvestre en el Ecuador.